Entre todas sus implicaciones, funciones y efectos destaca el de modulador de la microbiota intestinal. Las teorías sobre su verdadero mecanismo de acción y su forma de regular los distintos grupos de bacterias y su proliferación son varias.
Según algún estudio, el zinc es capaz de reducir bacterias acido lácticas y aumentar la de los coliformes (Hojberg et al., 2005), pero si se comportase de esta manera teóricamente no disminuiría los problemas, sino que los aumentaría y en la práctica esto no ocurre.
En este estudio se concluyó que su acción no es selectiva frente a bacterias como E.coli sino que ejerce un efecto no excluyente y no selectivo frente a bacterias Gram+, de forma que hay una mayor disponibilidad de nutrientes para los animales.
- Una de las teorías que sí que explicaría su evidente efecto beneficioso es la que asocia su acción positiva a la acción de los iones Zn.
La suplementación de óxido de zinc y su presencia en un ambiente con un pH como el del intestino supone la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS) que inducen estrés oxidativo y oxidación en la membrana lipídica de las bacterias, reduciendo su capacidad de adherencia al intestino y su proliferación (Kromm et al., 2020).
Esta última teoría sí que explicaría su claro efecto antidiarreico.